lunes, 30 de diciembre de 2013

Thomas Jefferson

Thomas Jefferson (13 de abril de 1743, Shadwell, Virginia, Estados Unidos – 4 de julio de 1826, Charlottesville, Virginia, Estados Unidos) fue un famoso político, filósofo, inventor y arquitecto (entre muchas otras ocupaciones), estadounidense del siglo XVIII y principios del XIX.
Es considerado uno de los Padres Fundadores de la Nación, puesto que fue un devoto partidario de la independencia americana llegando a redactar el documento más famoso de la historia, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, convirtiéndose así en uno de los iconos de la Revolución Estadounidense.
Ya creado el país, se convirtió en el tercer Presidente de los Estados Unidos de América, teniendo lugar durante su ocupación del cargo acontecimientos importantes, como la compra de la Luisiana o la Expedición de Lewis y Clark.
Fue un ferviente defensor del republicanismo en Estados Unidos, llegando así a ser el cofundador (junto con James Madison) del Partido Demócrata-Republicano, el cual tuvo como rival al Partido Federalista, liderado por Alexander Hamilton y John Adams.

Filosofía de Jefferson
A continuación, quedan tratados los diferentes aspectos del pensamiento de Jefferson, clasificados según los diferentes campos a los que éste último prestó atención:
·           Excepcionalismo estadounidense:
Jefferson consideraba que sistemas sociales y políticos que se basaran en la división de clases de forma destacada y en el dominio de la aristocracia estaban destinados a ser corruptos, y ante todo, suponían una amenaza para el republicanismo.
Según Jefferson, quien consideraba la república como el mejor sistema de gobierno, la sociedad estadounidense constaba de una virtud (virtud que otras sociedades, como las europeas, no poseían) que la haría superior al resto de las sociedades.
Jefferson afirmaba que esta virtud se basaba en que en los Estados Unidos la sociedad se había definido mediante ideales republicanos, sin permitir que se instaurasen en ella sistemas oligárquicos o aristocráticos.
- Valoración personal: desde mi punto de vista, y aunque considero que la república federal es posiblemente el mejor sistema de gobierno existente, considero que sistemas como los monárquicos o los aristocráticos no tienen por qué ser necesariamente corruptos e injustos. Sí es cierto que en estos modelos sociales se tiende más a ser corruptos y a abusar de las clases más bajas, pero no tiene por qué ser siempre así; por ejemplo, el déspota ilustrado Federico II el Grande de Prusia, fue un rey querido y respetado por su pueblo y que consiguió llevar a su nación (Prusia) a un nivel de potencia europea y a la prosperidad. Otro ejemplo, sería el emperador romano Trajano, quien fue un líder bueno y justo, y que en más de una ocasión afirmó que “trataba a sus súbditos como le gustaría que le tratase el emperador a él”.
·           Los derechos de cada persona:
Jefferson creía que los seres humanos poseían unos derechos propios e individuales que les eran inherentes. Para Jefferson dentro de estos derechos destacaba el de la libertad.
Para él, una persona tiene libertad (es decir, es libre) cuando no tiene obstáculos para actuar según dictamina su voluntad, siempre y cuando no viole los derechos de los demás, puesto que (según Jefferson) para que exista libertad debe prevalecer la condición de igualdad entre los hombres.
Además, también consideraba que un gobierno bueno y justo es aquél que protege y defiende los derechos de los ciudadanos, y que se esfuerza en no violar los mismos.
Sin embargo, ¿cómo es posible saber hasta dónde llegan nuestros derechos, y dónde empiezan los derechos de los demás? A esta pregunta, Jefferson habría respondido que el ser humano posee la capacidad de llevar a cabo juicios morales, que le permiten apreciar que derechos posee uno mismo, y que derechos poseen los demás.
- Valoración personal: sin duda alguna, Jefferson tiene razón cuando afirma que para que exista libertad todos los seres humanos debemos tener los mismos derechos, y deben ser respetados por igual. Sin embargo, me resulta muy extraña esa capacidad para juzgar de forma moral que tenemos los seres humanos, ¿cómo se puede demostrar su existencia?, ¿la tenemos todos por igual? Todas estas preguntas son interesantes, pero difíciles de responder.
·         La legalidad de las armas. Distribución y uso:
Thomas Jefferson también hizo una reflexión acerca de uno de los temas más polémicos que existe actualmente en los Estados Unidos, la legalidad de la posesión y el uso de las armas por parte de la población civil.
Jefferson (a diferencia de algunos de sus contemporáneos) consideraba que a pesar de que las armas pudieran causar guerras o conflictos eran herramientas necesarias, que debían ser puestas al alcance de todo el mundo, para que así cada persona pudiera defender sus derechos y su libertad de posibles individuos que deseasen atentar contra los dichos, fueran sus motivos cuales fueran.
- Valoración personal: desde mi punto de vista, Jefferson está en lo cierto, y debo decir que coincido en cierto modo con él. Independientemente de los enfrentamientos que puedan provocar las armas, quien realmente desee hacerse con ellas (bien sea para hacer el mal, cometer un crimen o someter a otras personas a su voluntad y privarlas de sus derechos y su libertad), lo hará, bien sea de forma lícita o ilícita; mientras que una persona que no desee hacer el mal ni violar las libertades y derechos de otras personas, no estará dispuesta a ignorar la ley aunque sea para la obtención de medios para su propia defensa.
·         Actitud ante los indígenas y expansión al Oeste:
Thomas Jefferson contribuyó de una forma bastante importante en el proceso de expulsar a los indios hacia las tierras del oeste.
Fue el primer presidente en exponer de forma oficial una estrategia para provocar la entrega de las tierras indias que había al este del río Mississippi a los Estados Unidos por parte de sus habitantes. Jefferson, a pesar de que admirase algunos aspectos de la cultura y la forma de vivir de los indios, consideraba que eran unos individuos incivilizados y salvajes; de hecho, formaba parte del plan de Jefferson hacer que los indios renunciasen a su propia cultura y religión, y aceptasen así las tradiciones occidentales y la fe cristiana, para así integrarlos en el sistema económico y comercial estadounidense, y de esta forma acabar provocando una situación en la que los Estados Unidos pudieran comprarles las tierras a sus dueños a cambio de unos bienes específicos. Aquellas tribus que se negasen a colaborar con los Estados Unidos, o que incluso atacasen dicho país serían obligados por la fuerza a hacer un trato por sus tierras, serían expulsados al oeste del Mississippi o, simplemente, serían exterminados.
- Valoración personal: se puede llegar a entender que un buen líder, como es el caso de Jefferson, busque la prosperidad, el bienestar y el éxito para su nación a través de diversos métodos, como puede ser la adquisición de nuevas tierras para los habitantes de su país. Sin embargo, hay que reconocer, que no es muy correcto buscar beneficios para la nación propia a costa del sufrimiento de otras naciones. Es más, hay quienes han tachado a Jefferson de hipócrita por actuar así, ya que consideran que contradice sus principios de la defensa de la libertad y los derechos del hombre. No obstante, y desde mi punto de vista, cualquier afirmación que tache a Jefferson de hipócrita es falsa, ya que siempre defendió la libertad y los derechos de cada persona por igual. Bien es cierto, que su criterio sólo lo aplicaba a los blancos, pero esto no significa que Jefferson sea una persona con ideas racistas, sino que como cualquier ser humano es “hijo de su tiempo y de la sociedad en la que vive”, es decir, si Jefferson pensaba así, se debía a que vivió en una época en la que se transmitían valores como la supremacía blanca. Todo se debe a que a las personas se las formaba con una mentalidad distinta a la actual, en la que consideraban al hombre blanco como único ser humano, y a otras razas como los negros o los amerindios como simples animales. Esto significa, que no se debe juzgar a Jefferson por creer que unas razas son superiores a otras, puesto que son valores que inconscientemente se vio obligado a tomar por haber vivido en la época y en la sociedad en las que vivió.


·         El derecho a la rebelión y el uso práctico de éste:
Para Thomas Jefferson, los ciudadanos de un estado tienen el derecho y la capacidad de rebelarse contra el gobierno que los lidera y representa, siempre que lo crean conveniente, ya sea porque éste se encuentre regido por tiranos, porque proponga un sistema gubernamental injusto, etc. Es más, Jefferson consideraba que las rebeliones eran una herramienta muy útil para eliminar las posibles tentaciones a corromperse que pudieran tener los líderes políticos. Además, también cabe destacar que consideraba apropiado que de vez en cuando, algunas personas se sacrificasen en nombre de la libertad, puesto que era la única forma de preservar la dicha.
- Valoración personal: me encuentro de acuerdo con Jefferson en que los ciudadanos deben poder expresar tanto su aprobación, como su desencanto con el gobierno que dirige su país; sin embargo, ya no me encuentro de acuerdo en que esta libertad de expresión deba estar generalmente asociada a la violencia, puesto que al fin y al cabo, como seres humanos que somos, tenemos la capacidad de razonar, y por lo tanto, de usar la palabra en vez de la violencia para resolver los conflictos. Es más, me atrevo a decir que “el líder y el soldado sabios, son aquellos que son capaces de ganar las batallas antes de empezarlas”, es decir, de resolver los problemas de forma diplomática y no de forma violenta.
·         Jefferson y la esclavitud:
Thomas Jefferson dispuso de un gran número de esclavos durante toda su vida para que trabajasen en la plantación de su vivienda, Monticello. Jefferson explicaba que sus principios de libertad e igualdad sólo podían ser atribuidos al hombre blanco, y no a los negros, a los que consideraba simples animales. Según Jefferson, la esclavitud debía ser permitida, puesto que los hombres blancos (es decir, los auténticos seres humanos para Jefferson) eran los únicos que podían ayudar a los negros a dirigir sus vidas, puesto que ellos no podían hacerlo por sí mismos debido a su condición de animales.
- Valoración personal: a pesar de que desapruebo la esclavitud, y no comparto en absoluto la opinión de Jefferson, mantengo mi postura de que no se le debe juzgar por pensar que unas razas son superiores a otras, para explicar por qué, simplemente me limitaré a hacer alusión a los argumentos expuestos con anterioridad en el epígrafe Actitud ante los indígenas y expansión al Oeste, en el cuál se habla de la influencia de los estereotipos sociales sobre las personas.



sábado, 30 de noviembre de 2013

El ser humano


A lo largo de la historia, los seres humanos hemos intentado explicar por qué el hombre actúa de una forma u otra ante determinadas situaciones, el lugar que éste ocupa respecto a los demás seres vivos, etc. En resumen, siempre hemos tratado de dar respuestas a todos los interrogantes que han acosado al ser humano. Sin embargo, incluso en la actualidad, no hemos sido capaces de dar una respuesta definitiva a todos estos enigmas, aún contando con testimonios y observaciones hechas por filósofos y autores tiempo atrás.
Desde mi punto de vista, para analizar correctamente como es el ser humano debemos centrarnos en un aspecto fundamental de éste, el alma. Para poder examinar el alma con precisión, debemos dividirla en dos partes: una parte racional, y otra que va más allá de la razón.
Sin embargo, antes de estudiar a fondo las partes del alma, primero debemos responder a una cuestión: "¿existe realmente el alma?". Obviamente, la respuesta es afirmativa, se exponga el caso que se exponga, ya que todo ser libre (como por ejemplo el ser humano) no puede ser completamente material, puesto que si lo fuese, su comportamiento siempre se vería controlado por las leyes de la naturaleza, cosa que no sucede en el caso del ser humano.
Entorno a esta cuestión, es muy interesante el criterio que sigue Immanuel Kant, filósofo prusiano de la Ilustración, quién creía que la existencia del alma era una necesidad moral, puesto que si no existiera el alma, seríamos puramente materiales (es decir, no seríamos libres), lo que es imposible, ya que según Kant, es moralmente necesario que seamos libres.
Una vez aclarada esta cuestión, podemos proceder a estudiar al detalle las dos partes del alma comentadas anteriormente. 
En primer lugar, observaremos la parte racional del alma; esta parte se ve regida en todo momento por el conocimiento y la sabiduría. Es la sección del alma que nos permite a los seres humanos hacer uso del pensamiento y la razón (“logos”), y de esta forma actuar dependiendo de la situación en la que nos hallemos.
Según Platón (filósofo de la Antigua Grecia), quien desarrolló una idea respecto a este tema, existen tres partes del alma: la apetitiva, la irascible y la inteligible. Ésta última, vendría a ser la parte racional, puesto que se basa en la sabiduría y el conocimiento, y es la sede de la razón.
En segundo lugar, encontramos la parte del alma que va más allá de la razón. Evidentemente, el ser humano es racional, pero no de una forma completa, ya que existen elementos que forman, constituyen y afectan al hombre, y van más allá del entendimiento y la razón humana. Entre estos elementos podríamos destacar a los sentimientos, las pasiones, los deseos, etc.
En definitiva, son estos elementos ajenos al logos humano, los que forman esta parte del alma del hombre. Estos elementos podrían ser precisamente las partes apetitiva e irascible del alma, según el modelo establecido por Platón.
Ahora que ya hemos visto a que corresponde cada una de las dos partes del alma podemos observar que surge una gran incógnita: “¿Qué parte del alma es más importante?”. La respuesta a esta pregunta es bastante sencilla; ambas partes son igual de importantes, ya que sin la parte racional, nos dejaríamos llevar ciegamente por nuestros deseos, lo que haría de nosotros algo puramente material, como les sucede al resto de los animales y seres vivos; sin embargo, nuestros sentimientos, nuestras pasiones, o nuestros deseos son lo que hacen que no nos comportemos como si fuéramos simples “autómatas” (es decir, como si fuéramos “máquinas”), es más, son esta clase de elementos los que hacen que cada ser humano sea un individuo completamente independiente del resto; son lo que hacen que cada uno de nosotros tenga unas ideas y unos criterios propios.
No obstante, en contraposición a todos estos fundamentos sobre el alma, la razón y los sentimientos del ser humano, podemos encontrarnos con ideas y teorías, como las evolucionistas, que defienden que el ser humano no tiene nada de especial, y que no es diferente del resto de los animales, es decir, que es un animal más.
Con respecto a estos criterios, principalmente defendidos por naturalistas como Darwin y Lamarck, solo cabe destacar que, aunque el proceso de la evolución del ser humano a partir de otros animales es irrefutable, es evidente que el ser humano no puede ser sólo un animal más, ya que ha conseguido imponerse al resto de los animales, seres vivos, e incluso a la misma naturaleza, tal y como se puede ver en la actualidad.
Obviamente, esto no lo puede conseguir un ser que posea un par de características especiales, esto sólo lo puede conseguir un ser que es superior a todo lo que le rodea.
Para finalizar (y en conclusión), se puede decir que el ser humano posee un elemento fundamental, que es el alma, que a su vez está dividida en dos partes; la parte racional, que nos permite hacer uso de la razón, y la parte que va más allá de la razón, que está constituida por los sentimientos, la emociones, etc., que nos permite desarrollar ideas y criterios propios.
La actuación conjunta de estas dos partes, es la que nos hace situarnos por encima del resto de los animales y seres vivos, es decir, es lo que hace que seamos seres superiores.




jueves, 31 de octubre de 2013

Mito de Perseo

- HISTORIA:

Perseo es un héroe mitológico de la Antigua Grecia. Era un semidiós, ya que era hijo del dios Zeus y de la princesa mortal Dánae, hija de Acrisio, rey de Argos.

Su historia es la siguiente:
Este relato comienza en Argos (Antigua Grecia), donde el rey Acrisio, insatisfecho por no tener ningún varón consulta a un Oráculo, quien le revela que jamás podrá tener hijos varones y que además será un vástago de su propia hija, Dánae, quien le dará muerte.
En consecuencia, Acrisio encierra a su hija en una torre de bronce para que no pueda tener descendencia. Sin embargo (y para desgracia del monarca), el Dios Zeus se fija en Dánae, de la cual se enamora, y mediante su poder divino, éste consigue embarazarla en forma de lluvia de oro.
Posteriormente, Dánae da a luz a un varón (Perseo), que resulta ser un niño muy guapo y vigoroso. Acrisio no tarda en enterarse del suceso, así que decide arrojar a Dánae y a Perseo en baúles de madera al mar, ya que teme por su vida. Sin embargo, Perseo y su madre consiguen salvarse gracias a la intervención de Zeus.
Tiempo después, ambos llegan a la isla de Sérifos, reino de Polidectes. El hermano del rey, Dictis, acoge a Perseo y Dánae en su vivienda, al mismo tiempo que va asumiendo el papel de padre para Perseo.
Simultáneamente, el rey Polidectes se ve cautivado por Dánae y trata de conquistarla, pero ve en el joven Perseo un obstáculo que le impide lograr su objetivo. Acto seguido, Polidectes, sabedor de la arrogancia de Perseo idea una artimaña en la que finge desear como esposa a una princesa entusiasta de los caballos, lo que implica que Perseo afirme estar dispuesto a ofrecerle al rey cualquier posible regalo, incluida la cabeza de Medusa.
Sin embargo, todos los nobles del reino le otorgan a Polidectes sus mejores caballos, salvo Perseo, que no tiene ninguno que ofrecerle.
Avergonzado, Perseo promete conseguir un buen caballo, pero ya es demasiado tarde para el joven, a quien Polidectes le exige como regalo la cabeza de Medusa.
Medusa era una de las tres hermanas que constituían el grupo de las Gorgonas (Medusa, Eurílae y Esteno), de las cuales solo Medusa carecería del don de la inmortalidad. Las Gorgonas eran criaturas capaces de petrificar a cualquier mortal con una simple mirada; además, éstas tenían un cabello formado por serpientes.
Afortunadamente para Perseo, Atenea (diosa de la sabiduría) se aparece ante él y le explica que para localizar a las Gorgonas, debe preguntar a sus hermanas las Grayas por su situación.
Las Grayas, que eran tres hermanas (al igual que las Gorgonas), solo poseían un ojo para ver, y un diente para alimentarse.
Mediante una hábil estratagema, Perseo consigue robar el ojo de las Grayas; y, a su vez, obliga a éstas a confesar el paradero de las Gorgonas, a cambio de la devolución de tan valioso órgano.
Después de este suceso, Perseo se gana el apoyo de los dioses, de los que obtiene excelentes herramientas: el casco de Hades (otorga invisibilidad), las sandalias de Hermes (otorgan capacidad de volar), la hoz de Cronos y una alforja para envolver la cabeza de Medusa. 
Una vez alcanzado el territorio de las Gorgonas, Perseo, con ayuda de Atenea, utiliza su escudo para que Medusa se refleje en él, y así quede anulado su poder. Acto seguido, Perseo decapita hábilmente a Medusa, y utiliza las sandalias voladoras de Hermes para huir del lugar.
Posteriormente, Perseo trata de regresar a Sérifos lo más rápido posible, para proteger a Dánae (su madre) de Polidectes.
Sin embargo, en el camino se encuentra a una hermosa joven, Andrómeda, que se encuentra encadenada en un acantilado, a punto de ser entregado a un gigantesco monstruo marino.
Perseo, se enamora de ella, y promete a sus padres salvarla, a cambio de su mano. Poco después, Perseo mata al monstruo y salva a Andrómeda, y para asegurar su matrimonio con la joven, petrifica a todos sus pretendientes anteriores utilizando la cabeza de Medusa.
A llegar a Sérifos, Perseo decide liberar a Dánae y a Dictis del acoso de Polidectes, a quien petrifica, junto a todos sus acompañantes, haciendo uso de la cabeza de Medusa.
Finalmente, gracias a la gesta de Perseo, Dánae y Dictis contraen matrimonio, y se libran del yugo de Polidectes.
Poco después, Perseo retorna a Argos para encontrar a Acrisio; y sigue al monarca de ciudad en ciudad, hasta Perseo participa en unos juegos en los que realiza un lanzamiento de disco, mediante el cual acaba con la vida de Acrisio debido a un fatal y desafortunado golpe, lo que hizo que se cumpliese la profecía inicial del Oráculo.
Por último Perseo intercambia con su tío el reino de Argos (del que era heredero tras la muerte de Acrisio) por Micenas, ciudad que pasa a gobernar.

- OBSERVACIONES FILOSÓFICAS:
Desde mi punto de vista, en el mito de Perseo se explican cuatro creencias firmes en la Antigua Grecia:
1.- Creencia en el destino: según el mito de Perseo todas las personas e individuos poseen un futuro que es imposible de cambiar,que es inamovible, y que estamos condenados a vivir pase lo que pase, tal como se aprecia en la muerte final de Acrisio, en la que se cumple la profecía del Oráculo, que le condenaba a morir a manos de Perseo.
2.- Nacionalismo de Micenas: al final del relato, Perseo pasa a gobernar la ciudad de Micenas. Para los habitantes de dicha ciudad, la figura de Perseo siempre fue un símbolo, un héroe, al que retrataron como tal en numerosas ocasiones.
3.- No existe un ser totalmente altruista: personas de cualidades extraordinarias como Perseo, que incluso podría considerarse que raya la perfección, pueden actuar por motivos interesados, como se aprecia en el pacto que Perseo hace antes de salvar a Andrómeda, en el que exige su mano como condición para rescatarla del monstruo marino. Esto demuestra que todas las personas, en algún momento de sus vidas tomarán sus decisiones según sus intereses, de una forma más o menos notable.
4.- El ser humano no es nada sin la ayuda de los dioses y su poder divino: por ejemplo en el Mito de Perseo, se aprecia claramente que el joven héroe jamás podría haber vencido a Medusa sin la ayuda y el apoyo de los dioses, especialmente el de Atenea.
Esto trata de hacernos comprender que sin la gracia de los dioses los seres humanos jamás podríamos alcanzar nuestras metas, ya que según el mito son los guardianes de nuestro bienestar y nuestros protectores.