lunes, 29 de diciembre de 2014

El liberalismo de John Locke

John Locke fue un filósofo inglés del S. XVII y principios del S. XVIII, y actualmente se le considera el fundador del liberalismo moderno y del empirismo; ésta última corriente busca el conocimiento y la verdad de las cosas; pero a pesar de su importancia histórica, no es lo que me interesa tratar a continuación. En mi opinión, es mucho más interesante el liberalismo de Locke, el cuál es más susceptible a la reflexión puesto que se trata de una ideología esencialmente política, que trata de responder a dos preguntas básicas: ¿cuáles son los orígenes y los fundamentos del Estado?, y ¿cuál es el gobierno apropiado para el mismo?



El liberalismo de Locke (como muchas otras corrientes políticas) puede explicarse brevemente como respuesta a estas dos preguntas. Como respuesta a la primera cuestión Locke afirmó que el Estado como institución se crea a partir de la situación de inseguridad que viven los seres humanos en cuanto a la preservación de su libertad, de su propiedad privada, y de su integridad física en el denominado "estado de naturaleza" (este concepto lo toma Locke de Thomas Hobbes, asociándolo éste último con la situación previa a la constitución del estado en la que impería la más pura anarquía), lo que les lleva a establecer el denominado "contrato o pacto social" mediante el cual todas las personas que lo acuerdan pasan a ser ciudadano de un estado en el que existen unas leyes que velan por estos derechos. Esto precisamente, puede hilvanarse con la respuesta a la segunda cuestión, ya que como es evidente, para Locke el buen gobierno del Estado es aquel que garantiza que en este último existan unas leyes que protejan la libertad y la propiedad privada, como vía individual de cada persona para poder alcanzar la felicidad, y la integridad física, puesto que según Locke todo ser humano tiene derecho a la vida.

Pues bien, una vez explicado todo esto surgirá esencialmente una pregunta ¿es correcto el planteamiento liberal de Locke?. Desde mi punto de vista, la única forma de contestar a esta pregunta es tratando por separado las respuestas dadas por Locke a las cuestiones ya antes mencionadas.


En torno a la primera respuesta que ofrece Locke, considero que es cuestionable, ya que a pesar de que creo que es posible que en algunos casos los estados y sus respectivos gobiernos se constituyan en base a un "contrato social" cuyo fin es la protección de aquellos derechos que Locke consideraba inalienables a las personas (libertad, propiedad privada,...) en mi opinión, si se conforman estados en base a un "pacto social" es por puro instinto, por pura naturaleza humana sin que tengan nada que ver (al menos de un modo imprescindible) ideas y conceptos como la libertad; prueba de ello ha sido la existencia de estados fascistas y comunistas en los que valores como la ya mencionada libertad, la propiedad privada (en el caso del comunismo), o incluso la integridad física de las personas carecían de relevancia a la hora de configurar el estado. La verdad es que me gustaría pensar como Locke, pero en este caso, existen otros tipos de argumentos más convincentes para analizar cuál es el origen del estado, como por ejemplo, los ofrecidos por Arístóteles.


Sobre la segunda respuesta, creo que Locke tiene toda la razón en cuanto a cuál es el gobierno apropiado, ya que la libertad, la propiedad privada y la integridad de las personas han de preservarse; la libertad porque es aquello que nos diferencia de los animales y porque todo el mundo ha de poder expresarse, pronunciarse o asociarse según sus principios; la propiedad privada, porque todas las personas han de tener el derecho, y al mismo tiempo el deber de disfrutar única, exclusiva e individualmente del fruto de su trabajo; y la integridad física porque todo el mundo debe respetar la vida de sus congéneres y conciudadanos.

En definitiva, aunque creo que John Locke se equivoca parcialmente al explicar el origen del estado, creo que su planteamiento del gobierno apropiado para el mismo es impecable, y que debería ser tomado como referencia por todos aquellos países que aún no hayan adoptado sus principios.




viernes, 26 de diciembre de 2014

El ideario conservador de Aristóteles

Aristóteles fue un filósofo del S. IV a. C. nacido en Estagira, Macedonia. A pesar de que fue un pionero en muchos aspectos (al igual que muchos otros pensadores de la Antigua Grecia, como Heráclito, Parménides, Sócrates o su maestro, Platón), Aristóteles también desarrolló un pensamiento muy conservador y tradicional en torno a otros, de los cuales cabe destacar en mi opinión, la defensa de la esclavitud, la relegación de la mujer al cuidado del hogar, y el menosprecio hacia todos aquellos que no fueran griegos ni tuviesen su cultura.


Tratando en primer lugar el tema de la esclavitud, cabe destacar sobre esta cuestión, que Aristóteles como justificación de la existencia de esclavos, alegaba que a disposición del ser humano se encontraban distintos instrumentos o utensilios, unos de carácter inanimado (un buen ejemplo contemporáneo de este tipo de instrumentos sería la maquinaria industrial) y otros de carácter animado, como serían los animales de carga e incluso algunos seres humanos. Para Aristóteles, las personas que debían servir como esclavos eran aquellas de las que no se podía obtener otra cosa mejor que su fuerza física, aquellas personas que no se encontrasen capacitadas para otra cosa que no fuera trabajar. A partir de la observación puede surgir la siguiente pregunta ¿tiene razón Aristóteles? Pues obviamente no; nadie es quien para obligar a una persona a servir a otra en contra de su voluntad; y menos basándose en un juicio puramente personal y subjetivo, que como producto humano que es, puede ser erróneo. Sin embargo ¿es reprobable la actitud de Aristóteles?, en este caso (desde mi punto de vista), la respuesta también es negativa, ya que por muchos argumentos que dé Aristóteles es evidente que si éste último pensaba así, se debía únicamente  a los estereotipos existentes en su sociedad, de la cual al fin y al cabo, Aristóteles no es culpable, ya que nadie elige el ambiente social en el que criarse y vivir.

Por otra parte, también está el caso de las mujeres, bastante similar al de los esclavos. Aristóteles consideraba que las mujeres eran inferiores al hombre, y únicamente útiles para llevar a cabo todo tipo de tareas domésticas y para cuidar a sus hijos, ya que así habían sido definidas por la naturaleza. No obstante, esta afirmación aristotélica es totalmente errónea ya que se ha demostrado biológicamente que las mujeres están capacitadas para desempeñar las mismas funciones que los hombres con igual eficiencia. En torno a esta situación, la actitud de Aristóteles tampoco es reprobable, pues también en este caso sus ideas se ven condicionadas por estereotipos sociales. Llegados a este punto, habrá quien piense lo contrario, argumentando de que existían casos como el de Platón quien en su teoría del Estado Ideal consideraba en igualdad de condiciones a hombres y mujeres; sin embargo, yo creo que no es Aristóteles el reaccionario, sino Platón el adelantado a su tiempo en lo que a esta cuestión se refiere; es por ello, que en mi opinión, lo que debe hacerse en este caso no es criticar la idea de Aristóteles, sino elogiar el pensamiento de Platón.
Para finalizar, también cabe destacar el ideal de superioridad de los griegos sobre el resto de civilizaciones y culturas que Aristóteles profesaba. Este tema quizá sea más delicado que los anteriores puesto que aquí, a diferencia del asunto de las mujeres, sí que existen numerosas opiniones en contra de este "excepcionalismo griego", que aunque sí que consideraban que la cultura griega estaba más avanzada que las otras, también podían existir aspectos positivos en otras civilizaciones, culturas y formas de pensar (claro ejemplo de este pensamiento sería el proyecto imperialista de Alejandro Magno, el cuál Aristóteles rechazó); es por ello que en este caso, la actitud que muestra Aristóteles, sí es criticable, puesto que es totalmente detractora de otras propuestas y alternativas, aún cuando éstas pueden ser igual de buenas e incluso mejores.

En definitiva, aunque algunas de las ideas de Aristóteles pueden parecer totalmente absurdas, muchas de éstas a pesar de ser erróneas, no han de ser criticadas ya que el hecho de que Aristóteles sea partícipe de éstas, se debe esencialmente a los estereotipos propios de la sociedad en la que el Estagirita se crió y vivió.